Caminar debajo de la lluvia me ayuda a recordar como se sentían las lágrimas cayendo por mi cara...como se siente llorar. Eso por que hace varios años que no se por que razón, pero ya no lo hago más. Nunca entendí si es un método de autodefensa o solo una estupidez, lo que si se es que era una opción que a veces extraño y muchas no… pero hoy es a veces. Entiendo que el tiempo se divide en sucesos malos, intervalos entre sucesos malos, y trazas de momentos hermosos. Los que mayor duración tienen, para mi al menos, son los intervalos entre momentos malos, pero claro, son solo el tiempo mucho o poco que transcurre entre esos pilares de la realidad que son los momentos malos, que sin ser dramático los considero tan tristes como fundamentales. Creo que esas trazas en verdad son lo único que serviría si viviéramos en armonía con nosotros mismos; pero ni yo puedo lograr eso. Esas trazas son las generadoras de las esperanzas y del anhelo… son el mañana, o lo que entendemos como tal. Son lo mejor que tenemos y lo peor ya que ocupan un lugar de tristeza también, y de aromas que nos hacen crepitar la piel y la sonrisa principalmente…nos hacen temblar las manos y nos obligan a acostarnos en el piso frió y amarlos y odiarlos por hacernos saber que existieron y justo ahora cuando más los necesito esos momentos no están. Están estos. Éste. Éste en el cual quisiera estar enroscado dentro de un huevo con una coraza que me proteja de todas y muchas cosas, sobre todo de mí. Quisiera tener un letargo causi eterno y despertarme cuando el Dios de los mortales haya decidido dejar de soplar y complicar las cosas y me permita hacerme montaña, amanecer ocaso. Reclamo la hora de la inconciencia por que le temo, más necio aun si lo negara. Pero es un temor dirigido únicamente al entendimiento de las cosas. No quiero saber lo que se que pasa y que no pasa y lo que va a pasar y lo que no. Quizá este confundido pero eso esta tan lejos de preocuparme que hasta lo deseo. En este momento reclamo ser una gota o un algo que solo caiga en un infinito y volar y no temer a llegar a ningún lado por que sabría que eso ya no me involucraría de ninguna manera a mi… pero la realidad es otra y esa base es tan real como la lluvia a mis espaldas y talvez no me deje dormir, o si y peor.
Y así me encuentro ahora esperando llover, a punto de irme a caminar debajo de la lluvia a modo de inspiración para mis ojos, que quizá aun recuerden como se hacia.
1 comentario:
Es un poco triste.
Y es un poco algo que todos alguna vez escribimos. Casi tus mismas palabras, desde otras hojas, otras biromes, o lápices. U ojos.
Me gusta.
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